Kentaro Miura

Nihilistamina: anime para convivir con un mundo precario

Carlos Cuesta y Vladyslav Hostyuk

15 de junio 2023

Comunicación Audiovisual y Publicidad
A medida que la cultura geek se ha ido convirtiendo cada vez más en un fenómeno mayoritario, muchas manifestaciones culturales que, hasta ahora, se consideraban de nicho han conseguido una adopción masiva. Un ejemplo son el cine de superhéroes o los videojuegos, industrias que, hoy por hoy, ya son millonarias. De igual manera, un producto cultural que ha vivido una aceptación en el mainstream cada vez mayor son el cómic y la animación japonesa, el manga y el anime; dos expresiones que cuentan con una industria y unas subculturas propias que hace tiempos que ya han trascendido las fronteras de su país de origen.

Como es habitual en cualquier medio audiovisual, en el anime también podemos ubicar una corriente dominante que suele contar con la buena acogida de gran parte del público. En el caso de los productos audiovisuales de animación japonesa –en los cuales los géneros vienen definidos por etiquetas de género, edad o incluso filias– la corriente mayoritaria se denomina shonen: anime o manga concebido para ser consumido por un público masculino y joven y basado, en gran medida, en la superación personal de sus personajes principales mediante combates con los correspondientes antagonistas. Producciones audiovisuales como Dragon Ball (Minoru Okazaki y Daisuke Nishio, 1986-1989), One Piece (Konosuke Uda, 1999-actualidad) y Naruto (Hayato Dato, 2002-2007), serían algunos de los mayores exponentes de esta tipología de animes, contando con bases de seguidores y fanáticos que se cuentan por millones a nivel global.

Anime o manga concebido para ser consumido por un público masculino y joven
Anime o manga concebido para ser consumido por un público masculino y joven
Anime o manga concebido para ser consumido por un público masculino y joven
Anime o manga concebido para ser consumido por un público masculino y joven

Shonen

Anime o manga concebido para ser consumido por un público masculino y joven

Nihilistamina: combinación de nihilismo y resistencia

El shonen, sin embargo, a pesar de tratarse del género imperante en el mainstream del anime, se encuentra lejos de ser el único tipo de planteamiento narrativo que se puede encontrar en la animación japonesa. Los investigadores Antonio Loriguillo (miembro del grupo Investigación en Tecnologías Aplicadas a la Comunicación Audiovisual, Departamento de Ciencias de la Comunicación) y Artur Lozano (Universitat Autònoma de Barcelona) identifican en el artículo Humanismos al borde del colapso: los animes nihilistamina un nuevo tipo de género que, aunque se contrapone casi de manera total al planteamiento del shonen, se dirige igualmente a un gran público. El término nihilistamina –de nihilismo y stamina, resistencia en inglés– define entonces las principales características tanto de las narrativas de estas obras, como de los héroes que las protagonizan.

Estas narrativas más nihilistas, por lo tanto, suelen tener características más asociadas a un producto “adulto”: un tono trágico, presencia de unas instituciones corruptas, que llevan a los personajes a un sentimiento de resignación y una violencia más explícita (que en algunos casos más radicales puede llegar al gore). De tal manera, este conjunto de circunstancias hace que los personajes que protagonizan estas historias se hayan definido por dos características.

Uno de los casos más paradigmáticos, tanto por su amplia popularidad a nivel global como por su influencia en posteriores producciones, es el de Neon Genesis Evangelion (Hideaki Anno, 1995-1996). En la serie, el joven Shinji Ikari de catorce años tiene que servir como piloto en Nerv: una organización militar corrupta dirigida por su padre, Gendo Ikari. A pesar de convertirse involuntariamente en la persona seleccionada para proteger el mundo de los peligrosos Ángeles (formas de vida del espacio exterior que tienen el objetivo de extinguir la especie humana), Shinji sigue poniéndose al servicio de su ausente progenitor. Vivencias en la serie como la ausencia de figuras paternas y maternas, el abandono de sus compañeros de pilotaje o la muerte de algunas de sus amistades más próximas harán inciso en la motivación del protagonista, que cumplirá órdenes con resignación. Sin embargo, curiosamente, el de Neon Genesis Evangelion resulta ser uno de los finales más optimistas de los anime nihilistamina, al mostrar el espectador una versión final de Shinji que se acepta a sí mismo y su relación con el mundo que lo rodea.

Es muy difícil proyectar ninguna resolución que no sea una victoria vacía.

El manga de Berserk empezó a ser publicado en 1989 y sigue sin conclusión tras el fallecimiento de su autor, Kentaro Miura, en 2021.

Uno de los otros ejemplos principales es la serie Berserk (Naohito Takahashi, 1997-1998), donde su protagonista, Guts, nace del cadáver de su madre muerta y es criado por una banda de mercenarios en la que sufre abusos físicos y sexuales. La culminación llega con el ritual del Eclipse, donde él y sus compañeros son sacrificados a los demonios por su amigo y líder, Griffith, que también viola a su amante, Casca. Guts escapa del ritual después de perder un ojo y un brazo junto con Casca, permanentemente traumatizada por lo que ha ocurrido. Ambos llevan la marca del sacrificio, que los hará ser perseguidos constantemente por estos seres. A día de hoy, la serie no cuenta con ningún final, y aunque lo tuviera, sus personajes han sido tan maltratados en el transcurso de los capítulos que es muy difícil proyectar ninguna resolución satisfactoria que no sea una victoria vacua.

Entonces, estas historias con héroes que se centran fundamentalmente en perdurar y llegar a ser como los demás están teniendo un recibimiento excepcional tanto en el mercado japonés como el occidental. Concretamente, la película con mayor recaudación del año 2020 a nivel global fue Kimetsu no Yaiba: Tren Infinito (Haruo Sotozaki), película extraída de Guardianes de la noche (Sotozaki, 2019-actualidad), uno de los animes nihilistamina más populares de los últimos años.

Guardianes de la noche (Haruo Sotozaki)

Entonces, ¿qué nos aportan estas historias?

Si algo está claro, es que en estas narrativas el imperativo de “salvar el mundo” no es una solución mágica para todos los problemas del universo donde reside el héroe nihilistamina. Pero, aun así, este lo intentará, incluso si esto está completamente fuera de sus capacidades o si supone un sacrificio mayúsculo. Este es un objetivo que resuena con un público que vive en una situación de precariedad y desafección con las instituciones cada vez mayor y el sistema que los rodea. Un público que busca cualquier alivio temporal, al ver que un cambio social en profundidad es imposible.

Si la realidad que nos rodea es tan compleja, sería lógico pensar que los espectadores podríamos recurrir a este tipo de historias buscando cierto escapismo, de manera similar a como hacemos con el resto de productos culturales que consumimos a diario. En cambio, pese a reflejar un contexto social negativo, las historias nihilistamina nos continúan hablando de personajes que están dispuestos a continuar progresando para mejorar su situación. Estas historias, entonces, se pueden pensar de ambas maneras. Nos corresponde a nosotros, como público, decidir cómo incorporarlas en nuestras vidas.

Créditos

Realización: Javi Marín
Diseño: María Martín

Agradecimientos

Prf. Antonio Loriguillo
Labcom UJI

Grupo de investigación

Investigación en Tecnologías Aplicadas a la Comunicación Audiovisual

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